Es lógico asociar la palabra sexo a la unión de los cuerpos. Si hay algo difícil de imaginar es pensar en el sexo como una desunión o separación. Sin embargo, la palabra sexo etimológicamente significa exactamente eso. Ésta proviene del latín sexus, y éste de sectus. Literalmente significa «separado, cortado» y aparece usado por primera vez en «De Inventione» de Cicerón.
Al nacer nos separan, pero con el tiempo aparece el deseo, bien entre polos opuestos o entre semejantes. El deseo se manifiesta a través del sexo, pero la necesidad de aliviar la tensión, como dice Erich Fromm en su arte de amar, solo motiva parcialmente la atracción. La motivación fundamental es la necesidad de unión, la búsqueda del vínculo para no sentirnos solos.
Sigue habiendo una importante necesidad de conocer los detalles sexuales más básicos dentro del concepto de educación sexual. ¿Por qué continuamos dominados por el miedo a la opinión pública, la intolerancia y el prejuicio?. En el siglo XXI esto resulta inquietante. La divulgación de la información sexual por personas no idóneas entra en la pseudociencia pornográfica creando intereses económicos pero alejados de los intereses humanos y humanistas.
El comportamiento sexual al igual que la propia salud tiene una parte fisiológica que sigue desconociéndose en gran medida y que es esencial comprender para aunar con las teorías psicológicas y sociológicas.
El orgasmo en la mujer es una entidad psicofisiológica por la percepción subjetiva del mismo y de gran contenido psicosocial. En nuestra sociedad la obtención del orgasmo de la mujer nunca ha alcanzado la realidad otorgada a la eyaculación masculina. La punta del iceberg es el clítoris. Órgano del placer unas veces mutilado y otras ignorado en la infausta búsqueda del mal entendido punto G. Por otro lado, se le da una excesiva importancia al coito cuando de forma experimental se ha comprobado que tanto de forma subjetiva como objetiva, la máxima intensidad fisiológica de la respuesta orgásmica se obtiene principalmente por la automasturbación y en segundo lugar por la estimulación no coital de otra persona. Según un estudio publicado por The Journal of Sex Research en 2006, sólo el 50 % de las mujeres llegan al orgasmo únicamente mediante la penetración vaginal. En cambio, cuando la penetración se acompaña de estimulación manual, la cifra era del 70 % y alcanzaba el 73% cuando se acompañaba de estímulos orales. También puede ayudar a producir el orgasmo el contacto de otras zonas erógenas corporales (cómo los pechos) e incluso la estimulación cortical (desde la intelectualidad a la fantasía).
El 54% de las mujeres reporta que nunca o con poca frecuencia llega al orgasmo con su compañero. Habrá que preguntarse por qué.
Por otro lado al pene cuyo papel funcional puede correlacionarse con el clítoris; tiene un papel funcionante activo; y sin embargo, también se le han atribuido interpretaciones erróneas o falacias fálicas cómo la de que el tamaño importa y que un buen funcionamiento está relacionado con la hombría.
Utilizando correctamente las palabras, tendríamos que decir que no existe la impotencia sino la disfunción sexual o la falta de deseo, ya que todos tenemos diversas potencialidades. No hay que olvidar que donde hay piel, existe el contacto y que la caricia, la lengua, los dedos y el beso son parte esencial en la sexualidad.
El beso es un poderoso pasaje y medio de comunicación para compartir emociones. Es el umbral para las posibilidades invisibles, convirtiendo la materia (nuestros cuerpos) en espíritu. El poeta Rilke dice: «¿No es eso lo que todos los amantes quieren, hacerse invisibles?
Tanto para el hombre como para la mujer se necesita un cambio de paradigma que supone entender y aceptar que la sexualidad no pasa únicamente por la penetración, sino que ésta es exclusivamente una posibilidad más dentro de un gran abanico.
Si las personas sanas tienen problemas para desarrollar su sexualidad, las personas enfermas y que han sufrido un cáncer desarrollan una doble dificultad. En comparación con otras áreas de ajuste, después de la enfermedad, la recuperación de la sexualidad puede verse obstaculizada por el hecho de que a la mayoría de los pacientes y sus parejas les resulta difícil hablar abiertamente sobre el sexo.
Pero también hay una falta de atención profesional en los temas de sexualidad e intimidad, que se basa parcialmente en el tabú general que rodea esta área.
Sea hombre o mujer, joven o mayor, heterosexual u homosexual, con pareja o sin ella o incluso si se encuentra en el final de su vida; no debemos olvidar preguntar a nuestro paciente y prestar una mayor atención a sus deseos y su calidad de vida.
Cancer, Intimacy and Sexuality: A Practical Approach
Por otro lado se sigue teniendo que aclarar, que el sexo con precaución, no sólo no es peligroso sino que tiene beneficios para la salud (disminuye el cáncer de próstata, alarga la vida y disminuye el riesgo de accidentes cardiacos y cerebrovasculares, a parte de sus beneficios emocionales)
Las disfunciones sexuales aparecen en la mayoría de los pacientes oncológicos (35-50%); particularmente en aquellos con cánceres ginecológicos y urológicos. Cada vez hay más largos supervivientes y tenemos que hablar y facilitar su calidad de vida incluyendo la esfera sexual. Se requiere ayuda en todos los aspectos biopsicosociales y adaptación a los determinados cambios que se han producido en el propio cuerpo para volver a encontrar la forma de tener relaciones sexuales satisfactorias. La educación sigue siendo uno de los factores claves.
La respuesta sexual tiene tres fases, deseo, excitación y orgasmo; y puede haber problemas en cualquiera de estas tres esferas. La falta de deseo puede ser debida a la fatiga, alteraciones emocionales, tratamientos antidepresivos o bajada de testosterona. La excitación es producida por un aumento de circulación en los genitales, es necesario que haya testosterona y que los nervios periféricos estén intactos; pero la falta de erección como he dicho antes no debe suponer un problema irresoluble. En la mujer la fase de excitación va acompañada de dilatación vaginal y lubricación. Todos los problemas de dolor, falta de dilatación y lubricación tendrán que tenerse en cuenta. En la fase de orgasmo se produce un alivio de la tensión y contracciones musculares. Es necesario en primer lugar la correcta estimulación, que los nervios periféricos estén intactos y que los neurotransmisores funcionen bien. Un 4% de los hombre pueden tener un orgasmo sin eyaculación y más si han sido tratados de tumor de próstata. Las mujeres no tienen periodo refractario y pueden tener más de un orgasmo si alcanzan el primero.
Pero ante todo, no hay que olvidar, que si existe la imposibilidad de tener un orgasmo por alguna razón médica, se pueden seguir teniendo relaciones sexuales que produzcan satisfacción.
Cuando hablamos de sexo, también hay que hablar de intimidad y de amor. Robert Sternberg es un psicólogo norteamericano que lanzó una original teoría sobre el amor y la relación de pareja. Sus planteamientos al respecto se conocen con el nombre genérico de teoría del triángulo del amor
En esta teoría se plantea que para que haya verdadero amor deben existir tres componentes: pasión, intimidad y compromiso
Pasión: emoción intensa que engloba el entusiasmo o deseo por algo. Se corresponde al deseo sexual o romántico de gran intensidad, acompañado por una fuerte tendencia a buscar la unión física y/o emocional con el otro.
Investigadores de la Univerisdad de Kansas, EE.UU. afirmaron que el deseo sexual hacia una persona, incluso si esta es desconocida, empuja a las personas a implicarse más a nivel íntimo.
Intimidad: conocimiento del otro y confianza en lo que es, lo que hace y lo que siente. Cercanía y preocupación por su bienestar. Necesidad de acercamiento y de revelación mutua.
Íntimo significa interno, lo más dentro. No existe intimidad sin una buena comunicación. Para estar dentro del otro con el cuerpo y con la mente; es necesario guiar al otro. Preguntarle a tu pareja que es lo que necesita, en que puedes ayudarle y explicarle que es lo que te gusta a ti, siempre desde el respeto, la empatía y por supuesto desde el amor.
Decisión o compromiso: voluntad de mantener el vínculo y sentimiento de responsabilidad al respecto. Interés en superar las adversidades y perpetuar el afecto, más allá de las circunstancias temporales.
Así que como dice Marwan y por acabar con una canción : Sube al barco y grita «El amor me excita», soltemos el timón. Yo seré tu brisa y tu sonrisa mi único motor.
Post de Castalia Fernández
Qué importante es tener información para los médicos y pacientes acerca de la sexualidad, basada en estudios científicos.
Gracias por el gran trabajo del proyecto Honcor
Gracias a ti Michelle y bienvenida a HONCOR. Un saludo.
Muy, muy interesante vuestro articulo. Felicitaciones
Muchas gracias Luisa. Espero que haya sido útil. Un saludo.