Tanto la ciencia como el arte son indispensables para entender e interpretar el mundo. Ambos son productos de la mente humana y de la creatividad. De hecho, la historia de la medicina no sería la misma sin la contribución del arte. En los inicios de la edad moderna, fueron los cirujanos y los artistas los primeros que empezaron a mostrar la complejidad del cuerpo humano en su maravilloso detalle.
El camino que debe seguir la medicina clínica y la oncología, para alcanzar la excelencia, es el formado por la fusión del binomio arte y ciencia.
A nivel científico, las guías clínicas, cuando se desarrollan de forma transparente y basadas en la evidencia, proporcionan una fuente de información que ayuda al médico a tomar las mejores decisiones para sus pacientes. Pero, cuando no hay evidencia de alto nivel disponible; la experiencia clínica y el arte, se vuelven mucho más cruciales.
Además, la ciencia evoluciona día a día, y no debemos quedarnos anclados en pautas rígidas del pasado, sino permitir un flujo de trabajo dinámico y creativo. Estamos en plena revolución tecnológica; la inteligencia artificial por una parte, viene a ayudarnos a introducir y manejar distintas variables, incluidas las moleculares, para mejorar esa toma de decisiones; y por otro lado, permitirá liberarnos de ciertas tareas, para acercarnos más al paciente en nuestra vertiente más humana. Por eso, la revolución científica vendrá de la mano del pensamiento, del arte y de todas las humanidades en general; iluminada desde la perspectiva de sentido que aporta la filosofía.
Es sin duda el toque humano, lo que convierte a la medicina en un arte. El arte de tomar la mejor decisión clínica, que es responder a la pregunta : podemos tratar pero, ¿debemos tratar? Empatizar es la clave
El arte es también una conexión humanizadora y empática para médicos y pacientes. Forma parte de la denominada medicina narrativa, y permite mediante el diálogo escuchar e interpretar historias, convirtiéndose en una nueva filosofía de la comunicación.Supone una poderosa medicina preventiva, una forma de comunicar las emociones y un viaje estimulante en la búsqueda de sentido junto a la enfermedad. La pintura, la escultura, la fotografía, la poesía, la música; permiten visibilizar lo oculto, mostrar esas cicatrices que forman parte de la vida y que pueden mostrarse bellas a través del arte, para volver a recomponerse.
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Y por último, el arte es una herramienta de comunicación que permite desarrollar proyectos relacionados con la Educación para la Salud y la divulgación del conocimiento oncológico, científico y tecnológico.
Así que, sumémonos a la revolución; al nuevo State of the Art (literalmente estado del arte) de los nuevos avances tecnológicos, pero sobre todo de una Oncología con Arte.
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“La vida es breve; el arte, largo; la ocasión, fugaz;
la experiencia, engañosa; el juicio, difícil.”
Hipócrates.
Fotografía: The Agnew Clinic, Thomas Eakins, 1889, University of Pennsylvania, Philadelphia Museum of Art.
Post escrito por Castalia Fernández
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